Los pulsos del láser de muy corta duración, rompen solamente la melanina contenida en las células, dejando que el sistema inmune continue el proceso de remoción. No requiere anestesia y permite un regreso a las actividades de inmediato.
Es un proceso gradual que requiere multiples sesiones para obtener resultados duraderos. Dependiendo de la severidad del melasma, usualmente se recomienda entre 8 a 10 aplicaciones.